¿Y si no quisieras retirarte nunca?

La noción de sistemas vs objetivos me llevó a reflexionar sobre la idea del retiro. A ver si me explico...
Pensemos en un objetivo: “Quiero bajar 20 kg”. Ese objetivo no parece ser lo más acertado si lo que en realidad queremos es desarrollar un estilo de vida saludable. Ser más fit de por vida. El objetivo te fuerza a matarte en el corto plazo, todo con tal de cumplirlo, pero luego surge el “¿Y ahora qué?”
Una vez bajados los 20 kilos, ya está. Lo lograste. Ahora tenés permitido volver a comer mal y faltar al gimnasio.
Si pensamos en un sistema, por definición nos enfocamos en el largo plazo. Yo quiero eventualmente bajar 20 kg, pero quiero después de eso seguir siendo sano, para siempre. Entonces en lo que pensamos no es en matarnos en un corto lapso de tiempo, sino en desarrollar un conjunto de hábitos que estemos dispuestos a hacer día a día por el resto de nuestra vida.
Por ejemplo, prefiero hacer algo de ejercicio cada día, por más mínimo que sea —una caminata corta, una ida al gimnasio, un partido de tenis—, por el resto de mi vida, que meter tres horas de levantamiento de pesas de lunes a viernes solamente por un lapso de seis meses, y luego abandonarlo porque no lo aguanto más.
Ahora, si amás levantar pesas y sentís que hacerlo conecta con tu esencia, hacelo. Que sea parte de tu sistema. Pero a lo que voy es que para algunos ese no será el camino sostenible en el largo plazo, aunque sí lo sea en el corto (como objetivo puntual).
Y esto me lleva a pensar en el retiro...
El retiro siempre está enfocado como un objetivo, al igual que bajar 20 kg. Quiero llegar a los 60 y dejar de trabajar para siempre. Quiero ahorrar plata para tener suficiente. Pero me pregunto: ¿de dónde nace ese objetivo?
Me animo a decir que, en su mayoría, nace de la realidad de trabajar en algo que se siente como una carga. Una pérdida de tiempo. Aspiramos a que llegue el día en que ya no tengamos que hacerlo. Entonces, en consecuencia, nos matamos durante más de 40 años trabajando para llegar a nuestro objetivo, al igual que nos mataríamos durante seis meses en el gimnasio y comiendo nada para bajar nuestros 20 kg.
Pero después, llegamos a los 60, ¿y ahora qué?
Yo tengo otra idea...
¿Y si borráramos ese objetivo de nuestra mente? ¿Y si la aspiración fuera disfrutar tanto de lo que hacemos, que nunca optáramos por dejar de hacerlo?
En lugar de pensar en un objetivo, pensaría en un sistema de vida. Un estilo de vida que querramos mantener y replicar hasta el fin de nuestros días. De esa manera dejaríamos de sufrir durante 40 años para disfrutar de lo que nos queda, y nos enfocaríamos en disfrutar los 80 o 90 o 100 años que tengamos.
¿Para qué esperar?
— Rodri
Para masticar...
Si fueras inmortal y tuvieras que trabajar para siempre, ¿elegirías lo que estás haciendo ahora?