3 min read

Combustible

Combustible
Foto por Erik Mclean.

Mis intentos para dominar JavaScript fueron en vano.

Lo recuerdo como un severo caso de FOMO tecnológico. Otros programadores a mi lado dominaban esa tecnología. Cada día surgían más frameworks basados en ella. Era la moda, y eso me seducía.

Con la expectativa de alcanzar profundidades desconocidas, me tiré a la pileta.

Leí libros elocuentes que resaltaban lo mejor de aquel lenguaje y me echaban en cara lo poco que sabía del tema. Miré incontables tutoriales y charlas de conferencias en YouTube, para luego intentar llevar el conocimiento a la práctica construyendo aplicaciones “de juguete”.

A pesar de mis esfuerzos, no veía avances. Estaba buscando sumergirme bien a fondo, pero apenas me dio para hundir la cabeza.

pink flamingo on body of water
Foto por Daniel Olaleye.

Yo quería aprender JavaScript, o al menos eso creía. Pero querer no es suficiente.

Es como mucho un cuarto tanque de combustible, próximo a alcanzar los niveles de reserva. Un fuerte impulso, suficiente para ponerse en marcha pero nunca para inyectar la adrenalina del modo persecución en las venas.

Lo que leía no me quedaba. Lo que practicaba se me olvidaba. Lo que aprendía se desprendía.

Recién ahora lo veo... fui víctima de una inmersión engañosa; el efecto secundario de una falsa persecución.

Y es que, bien en el fondo, no me interesaba conocer más de lo que ya conocía. Ni lo veía imprescindible para hacer mejor mi trabajo: ya tenía las bases como para garantizarlo.

Lo quería, pero no lo necesitaba.
Era un want-to-have, no un need-to-have.

Efectos secundarios del modo persecución...

Cuando necesito algo, la persecución se vuelve mi estado natural. Ya no cuesta sumergirse; cuesta volver a la superficie. La inmersión es inminente.

La necesidad es eso: un tanque lleno que da vida al modo persecución.

Yo no quería aprender a preparar café. Necesitaba sentir ese olor cada mañana en mi propia casa. Y no quería aprender sobre liderazgo. Era necesario estar a la altura del desafío que me había tocado.

Pero muchas veces el deseo engaña, haciéndose pasar por algo que creo necesitar. Como con JavaScript...

No necesitaba aprenderlo, simplemente quería hacerlo.

Para masticar...

¿Dónde cargás nafta?