Buenas vibras
Cuando un niño se cae y se da contra el piso, el primer instinto es gritar y correr hacia él. Es lo que debería hacer un padre preocupado, ¿no?
Pero con el tiempo empecé a notar un patrón...
Cuanto más alarmada la reacción del adulto, más grande la angustia del niño.
Así que probé algo distinto. Cuando un niño se cae, me quedo quieto y, con un tono alegre y energizado, digo cosas como: “¡Arriba!” o “¡Fue solo un susto!”.
Y el patrón se invirtió.
Ahora es común ver al niño recomponiéndose solo después del golpe. A veces, con el entusiasmo que le pongo, hasta terminamos riéndonos a carcajadas de lo que pasó.
Una caída puede llevar al llanto o a la risa. Y nuestro comportamiento puede inclinar la balanza para cualquiera de los dos lados...
Parece estar codificado en nosotros esto de captar y sintonizar las vibras de quienes nos rodean. En el ómnibus adoptamos la expresión aburrida del resto, encorvados y mirando sin ver por la ventana. En el estadio cantamos, gritamos y sufrimos como los que tenemos al lado.
Si el de al lado grita más, gritamos más.
Si es de los callados, gritamos menos.
Lo más común es amoldarnos. Dejarnos contagiar. El niño llora y respondemos desde esa misma energía, multiplicando el miedo. Alguien nos critica y reaccionamos poseídos por La Bestia. Captamos la señal y la devolvemos en la misma frecuencia.
Pero hay personas que eligen un camino más difícil: establecer las vibras.
Tienen claro el efecto que quieren generar y lo encarnan para que otros lo tomen como referencia. Pulsean con ese instinto de adaptarse. Reciben una señal, pero devuelven otra más potente y a otra frecuencia.
Cuando las critican, doman a La Bestia y responden con una Maniobra de Altura. Cuando enfrentan una conversación difícil, transmiten la energía justa para que el otro no sienta un ataque.
Y cuando un niño se cae —en esos golpes leves de todos los días— no se dejan llevar por la alarma. Se quedan quietos, sonríen y transmiten calma.
Porque entienden algo simple pero poderoso...
Si querés cambiar las vibras de una situación, primero tenés que encarnarlas vos.
— Rodri
Para masticar...
¿Qué vibras querés establecer hoy?