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Miedos, monstruos y el silencio

Miedos, monstruos y el silencio
Leading with Emotional Courage y un filtrado. Foto de Instagram.

Hola, 👋

Para cortar la semana, te comparto 5 cosas que me dejaron pensando y 1 pregunta para masticar:

  1. Jordan Peterson sobre la importancia de enfrentar nuestros miedos:

    Exponerte voluntariamente a lo que te paraliza y aterra en proporciones medidas es curativo. Es mirar al abismo lo que te mejora. A veces, tu mirada puede ser forzadamente llevada hacia el abismo, y entonces quedás traumatizado. Si es involuntario y accidental, puede matarte. Cuanto más voluntario sea, más transformador es”.

    Me acuerdo de la primera vez que me subí a una montaña rusa. Cuando el carrito empezó a moverse, lo único en lo que podía pensar era en bajarme. Pero ya no había vuelta atrás — estaba mirando al abismo directamente a los ojos. A pesar de ser consciente del susto que venía, decidí enfrentarme al “monstruo” mientras esperaba en la fila. Minutos después, cuando todo ya había terminado, quería subirme de nuevo. Lo que antes me paralizaba ahora lo buscaba.

    Aviones, arañas, conflictos, hablar en público. El espectro de lo que aterra es personal y variado. Cuando huyo de mi “monstruo”, lo único que hago es validar que es aterrador. De mí depende enfrentarlo si quiero sacarlo de mi vida.

  2. Patricia Otero y el verdadero significado de la experiencia:

    La experiencia no es que me hayan pasado cosas, sino más bien es la reflexión que nos lleva a indagar por qué me pasó aquello que me tocó vivir”.

    Mi crecimiento profesional se potenció desde que empecé a trabajar en WyeWorks. Mis últimos ocho años de experiencia parecen “tener más peso” que los anteriores. Seguro tiene que ver con la mentalidad de mejora continua que se promueve en la empresa, la cual me impulsó a cultivar el hábito de reflexionar constantemente.

  3. Peter Bregman sobre la tentación de romper el silencio (del libro “Leading with Emotional Courage”):

    Hay algo más que ofrecemos, como líderes persuasivos, cuando estamos en silencio: espacio para que otros lo ocupen. Cuando las personas aportan sus propias ideas, inevitablemente trabajan más duro que si simplemente están cumpliendo con nuestras ideas. El silencio, seguido de unas pocas palabras bien elegidas, es nuestra mejor apuesta para alcanzar este ideal de liderazgo. Entonces, ¿cómo lo hacemos en la práctica? Todos sabemos cómo estar en silencio. La pregunta es: ¿Podemos resistir la tentación de romper ese silencio? Ahí es donde entra el valor emocional”.

    Es muy tentador interrumpir el silencio, especialmente cuando tengo algo para decir. Por más que sea una idea genial o la solución ideal, quizás compartirla no sea la mejor decisión, ya que estaría "marcando la cancha" y orientando la atención hacia mi perspectiva. A veces eso es justo lo que quiero, pero en otras ocasiones, como durante una búsqueda de soluciones creativas, mi silencio permite que los demás compartan pensamientos más alineados con su propia visión del problema.

  4. La mayoría de las veces no necesitás más información. Necesitás más coraje”. — James Clear

    Ya sé lo que tengo que hacer, pero no quiero hacerlo. Encuentro aliados en todo lo que me permite postergar la acción: busco más información, espero a que sea “el día ideal”, me doy tiempo hasta sentir que tengo la energía necesaria para actuar, y demás. Distintas formas de procrastinar.

    ¿Cuánto tiempo me ahorraría si tuviese el coraje de actuar sin darle tantas vueltas al asunto?

  5. Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe. Cuando su trabajo está hecho, su objetivo cumplido, ellos dirán: lo hicimos nosotros mismos”. — Lao Tzu

    Todos tenemos una llama interior cuyo brillo varía con el pasar de los días. Brilla con fuerza cuando estamos entusiasmados, con ganas de resolver un problema o mejorar algo. Hay líderes que logran influir en esa llama, avivándola cuando está por extinguirse o incluso encendiéndola por primera vez en nuestras vidas. Con el tiempo, nos damos cuenta del impacto que tuvieron en nuestro recorrido y empezamos a entender el valor de su labor, que antes era invisible para nosotros.

¡Buen provecho!
Rodri


Para masticar...

¿De qué monstruo estás huyendo?