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Consejos para la vida

Consejos para la vida
Hunter S. Thompson en el Salón Baccarat del Caesars Palace en Las Vegas, Nevada.

¡Hola! 👋

El otro día me crucé con una carta escrita por Hunter S. Thompson (autor de “Fear and Loathing in Las Vegas”), dirigida a un amigo que le había pedido consejos para la vida. La imprimí en papel y, sin muchas expectativas, empecé a leerla. Rápidamente, las sabias palabras de Thompson me engancharon. Mi cabeza se balanceaba de arriba abajo asintiendo mientras avanzaba, como uno de esos muñequitos cabezones que encontrarías en el tablero de un taxi.

Por eso, hoy quiero compartirte 5 fragmentos de la carta que me dejaron pensando. También te dejo el link a la versión completa (en el idioma original) para que la puedas masticar tranquilo.

* Carta publicada originalmente en “Letters of Note”.

El ebook que te deja pensando...

Un compilado de 52 bocados “de la casa”, que ya dejaron masticando a varios de mis seguidores. Diseñados para un mundo que nos tiene siempre ocupados. Podés leerlos de principio a fin, picotear uno cada tanto, o incluso aprovecharlos para ejercitar el hábito de masticar a diario.

¡Descargalo gratis!
  1. Me pedís consejo: ¡ah, qué cosa tan humana y tan peligrosa de hacer! Ya que dar consejo a alguien que pregunta qué hacer con su vida implica algo muy cercano a la egomanía. Presumir de señalar a alguien hacia el objetivo correcto y definitivo, apuntar con un dedo tembloroso en la DIRECCIÓN correcta es algo que solo un tonto asumiría.

    No soy un tonto, pero respeto tu sinceridad al pedirme consejo. Sin embargo, te pido que, al escuchar lo que digo, recuerdes que todo consejo solo puede ser producto de la persona que lo da. Lo que es verdad para uno puede ser un desastre para otro. No veo la vida a través de tus ojos, ni vos a través de los míos. Si intentara darte un consejo específico sería como un ciego guiando a otro ciego
    ”.

    La adultez marca un punto de inflexión para nosotros. Según Jordan Peterson, hay un momento específico en el cual nos damos cuenta de que somos adultos. Y esto no sucede, necesariamente, cuando pagamos nuestra primera factura o cuando nos mudamos a vivir solos. Peterson sostiene que te reconocés como adulto al darte cuenta de que nadie sabe mejor qué hacer con tu vida que vos mismo.

    Desde esa perspectiva, puedo considerar mi vida como una gran iniciativa y a la adultez como el punto de inflexión donde se me presenta la oportunidad de asumir el rol de Source en ella. Solo yo puedo saber si mi vida es la que sueño y solo yo tengo la capacidad de articular ese sueño. Y asumir la responsabilidad de ser el Source implica dar pasos concretos hacia ese futuro que anhelo.

    Mirándolo de esta forma, y parafraseando a Adam Grant, el consejo deja de ser un medio para obtener respuestas y se convierte en una herramienta para adquirir perspectivas que me permitan afinar mi rumbo.

  2. Entonces, ¿cómo encuentra un hombre un objetivo? No un castillo en las estrellas, sino algo real y tangible.

    La respuesta—y, en cierto sentido, la tragedia de la vida— es que buscamos entender el objetivo y no al hombre. Establecemos un objetivo que exige de nosotros ciertas cosas: y hacemos esas cosas. Nos ajustamos a las demandas de un concepto que NO puede ser válido. Cuando eras joven, digamos que querías ser bombero. Me siento razonablemente seguro de decir que ya no querés ser bombero. ¿Por qué? Porque tu perspectiva ha cambiado. No es el bombero quien ha cambiado, sino vos. Cada hombre es la suma total de sus reacciones a la experiencia. A medida que tus experiencias son diferentes y se multiplican, te conviertes en un hombre distinto, y por ende tu perspectiva cambia. Esto sigue y sigue. Cada reacción es un proceso de aprendizaje; cada experiencia significativa altera tu perspectiva.

    Entonces, ¿no parecería tonto ajustar nuestras vidas a las demandas de un objetivo que vemos desde un ángulo diferente cada día? ¿Cómo podríamos esperar lograr algo más que una neurosis galopante?

    La respuesta, entonces, no debe tratar sobre objetivos en absoluto, o al menos no sobre objetivos tangibles
    ”.

    Cuando empecé a trabajar en WyeWorks hace ya más de 8 años, estaba convencido de que mi futuro profesional debía ser técnico. Me veía más como un especialista en programación que como un bombero, una meta que se fue afianzando en mi mente con el pasar de los primeros años en la empresa. Sin embargo, llegó un proyecto que cambió todo, desafiando mi capacidad de liderar y potenciar a otros, y abriéndome las puertas al mundo del liderazgo y el componente más humano de mi trabajo. Mis ojos se iluminaron con un entusiasmo que no había experimentado antes en el ámbito laboral. Aquella aspiración de ser un especialista técnico quedó en el olvido.

  3. Como dije, poner nuestra fe en objetivos tangibles parecería ser, en el mejor de los casos, imprudente. Así que no nos esforzamos por ser bomberos, no nos esforzamos por ser banqueros, ni policías, ni médicos. NOS ESFORZAMOS POR SER NOSOTROS MISMOS.

    Pero no me malinterpretes. No quiero decir que no podamos SER bomberos, banqueros o médicos, pero debemos hacer que el objetivo se conforme al individuo, en lugar de hacer que el individuo se conforme al objetivo. En cada hombre, la herencia y el ambiente se han combinado para producir una criatura de ciertas habilidades y deseos, incluida una necesidad profundamente arraigada de funcionar de tal manera que su vida sea SIGNIFICATIVA. Un hombre tiene que SER algo; tiene que importar
    ”.

    Las palabras de Kevin Kelly resuenan en mi mente: “Tu objetivo en la vida es poder decir, el día antes de tu muerte, que realmente llegaste a ser vos mismo”. Al probarme diferentes trajes, como los de especialista técnico, guitarrista, barista, orador, tenista, padre y esposo, descubro verdades sobre mi naturaleza humana. Poco a poco voy entendiendo qué es lo que me mueve, lo que me agita y lo que me detiene. Esto me permite actuar con intención, avanzando hacia una vida donde mi esencia florezca tanto en lo personal como en lo profesional.

  4. “Tal como lo veo entonces, la fórmula es algo así: un hombre debe elegir un camino que permita que sus HABILIDADES funcionen con máxima eficiencia hacia la satisfacción de sus DESEOS. Al hacer esto, está cumpliendo una necesidad (dándose identidad al funcionar en un patrón establecido hacia un objetivo establecido), evita frustrar su potencial (elegir un camino que no ponga límite a su auto-desarrollo), y evita el terror de ver su objetivo marchitarse o perder su encanto a medida que se acerca a él (en lugar de doblarse para cumplir con las demandas de lo que busca, ha doblado su objetivo para que se conforme a sus propias habilidades y deseos).

    En resumen, no ha dedicado su vida a alcanzar un objetivo predefinido, sino que ha elegido una forma de vida que SABE que disfrutará. El objetivo es absolutamente secundario: es el funcionamiento hacia el objetivo lo que es importante
    ”.

    Poco después de comenzar el proyecto al que hice referencia anteriormente, asumí el papel de Source y empecé a caminar hacia un futuro distinto en mi vida profesional. Un futuro en el que dejara de lado las tareas de bombero y especialista técnico para permitirme contribuir desde cualquier lugar, siempre y cuando esto implicara sumergirme en el mundo del liderazgo. Por suerte, estaba en WyeWorks, una empresa que fomenta el crecimiento personal y que aspira a que cada uno de sus miembros encuentre su forma de brillar.

    Como primer paso, me dediqué a poner en práctica las ideas que Simon Sinek expone en su libro “Leaders Eat Last” , con el objetivo de crear un ambiente laboral donde la confianza y la tranquilidad fueran la norma a la hora de programar.

  5. Supongamos que piensas que tienes una elección de ocho caminos a seguir (todos caminos predefinidos, por supuesto). Y supongamos que no puedes ver ningún propósito real en ninguno de los ocho. ENTONCES —y aquí está la esencia de todo lo que he dicho— DEBES ENCONTRAR UN NOVENO CAMINO.

    Naturalmente, no es tan fácil como suena. Has vivido una vida relativamente estrecha, una existencia más vertical que horizontal. Así que no es demasiado difícil entender por qué te sientes de la manera que te sientes. Pero un hombre que procrastina en su ELEGIR inevitablemente tendrá su elección hecha por él por las circunstancias.

    Entonces, si ahora te cuentas entre los desencantados, entonces no tienes otra opción que aceptar las cosas como son o buscar seriamente algo más. Pero cuidado con buscar objetivos: busca una forma de vida. Decide cómo quieres vivir y luego mira qué puedes hacer para ganarte la vida DENTRO de esa forma de vida. Pero dices, "No sé dónde buscar; no sé qué buscar".

    Y ahí está el meollo. ¿Vale la pena renunciar a lo que tengo para buscar algo mejor? No lo sé, ¿lo vale? ¿Quién puede tomar esa decisión sino tú? Pero aun si DECIDIERAS BUSCAR, has avanzado un gran camino para tomar la decisión
    ”.

    Hace tres años, se me presentó la oportunidad de dedicar el 100% de mi tiempo en WyeWorks a temas relacionados con el mundo del liderazgo. Esto me puso en un meollo similar al que describe Thompson: ¿Vale la pena dejar de programar? ¿Y si me “oxido”? ¿Me arrepentiré en el futuro?

    En retrospectiva, valió la pena. Aunque no siempre lo sentí con convicción. Atravesé momentos de duda, sin entender completamente mi aporte a la empresa, cuestionando mi decisión de abrazar esta nueva forma de vida. Hoy veo que esos momentos inciertos fueron faros en el “noveno camino”, aquel que nunca habría explorado si no hubiera decidido aventurarme más allá de lo conocido.

¡Buen provecho!
Rodri


Para masticar...

¿Estás moldeando tu vida en base a tus propios deseos, o estás persiguiendo objetivos que ya no resuenan con quien sos?

🍽️
Masticar: meditar, rumiar. Considerar despacio y pensar con reflexión. “Masticar un bocado”.